“Piparra” González analizó la situación del sector metalúrgico y del Sanatorio Rivadavia

El secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) Seccional Villa Constitución, Pablo “Piparra” González, realizó declaraciones exclusivas a El Medio Mundo en torno a la situación del sector durante el 2020 y, en ese contexto, aseguró que “la producción fue la peor de los últimos 15 años”. También se refirió a las negociaciones paritarias, al impacto de la pandemia de coronavirus en la familia metalúrgica y al estado del Sanatorio Rivadavia, donde hizo un fuerte reclamo al arco político provincial y nacional tras confirmar que “nos han dejado solos”.

ENTREVISTA. Piparra Gonzalez analizo la situacion del sector metalurgico y del Sanatorio Rivadavia
Pablo «Piparra» González. (Foto archivo)

– ¿Qué balance puede realizar sobre la situación del sector metalúrgico en el último año?

– El 2020 fue un año muy duro en lo económico y en las negociaciones que tuvimos con las empresas, sumado a los conflictos que se fueron suscitando a lo largo y ancho de la Seccional, con una producción que fue la peor de los últimos 15 años. En Acindar, que es la empresa más grande que tenemos, estuvimos en 822 mil toneladas, muy por debajo de la capacidad instalada alcanzando solo el 50 por ciento, y en los talleres que dependen de Acindar se dio una situación similar. Laminados Industriales, como siempre, no puede estabilizar su producción y tiene intermitencias, donde hay meses que tienen trabajo, meses que hacen retroceso y otros meses que no tienen absolutamente nada para hacer. Tenaris, por su parte, estuvo en un 40 o 45 por ciento de la capacidad instalada que supo tener en algún momento.

– ¿Cómo fueron las negociaciones paritarias?

– Pese al contexto desfavorable pudimos solucionar la negociación del aumento por la recomposición salarial para todos los siderúrgicos, que representan un 50 por ciento de nuestros afiliados, a través de las mesas de negociaciones paritarias que es donde participo a nivel nacional. Y se ha sostenido el conformado, que es una de las banderas que levantamos desde un primer momento cuando apenas asumimos la conducción allá por el 2016. El anterior secretario general resignó luchar por un aumento en un año que venía un poco complicado pero que no era tanto como este, con lo cual se perdieron cuatro puntos porcentuales en los salarios de los siderúrgicos a partir de un acuerdo que tuvo con las empresas. Gracias a eso la gente recapacitó y nos acompañó mayoritariamente. Y hoy le estamos dando esa respuesta ya que en cuatro años, tres de Macri y uno de pandemia, esta Comisión Directiva no ha perdido más que un punto en el 2017 en el porcentual del conformado, que se va a recuperar con Acindar en una negociación en estos momentos. El resto siempre salimos empatando el aumento del conformado de la rama 21 con respecto a la rama 17. Creo que cumplimos el objetivo respecto a la negociación salarial y salimos bien posicionados. Después hay antecedentes y condicionantes que son exógenos como lo es la devaluación, por ejemplo, que afectó mucho los salarios de todos los trabajadores de la República Argentina y que es muy difícil revertirla.

– ¿De qué manera atravesó la familia metalúrgica el contexto de pandemia?

– La sufrimos muchísimo en lo personal y en lo colectivo, donde hubo familiares y directivos contagiados, fallecidos, como nos pasó a todos, y esos son los lugares que no se pueden ocupar. Cuando quedan sillas vacías para las Fiestas son dolores que no se salvan y en Villa Constitución, quizás en el departamento un poco menos, toca siempre a un hermano, a un vecino, a un primo, a un sobrino, teniendo en cuenta que es muy amplia la familia metalúrgica. La padecimos en las pérdidas personales, que no se van a reponer, y en las pérdidas económicas, porque hemos tenido discusiones muy fuertes y creo que hoy tenemos que sentarnos para ver si lo podemos saldar.

– ¿Cuál es el estado actual del Sanatorio Rivadavia?

– El Sanatorio Rivadavia está siendo sostenido por el Sindicato desde hace muchos años y sentimos que nos han dejado solos desde todos los actores, es decir, el senador, el gobernador y la Presidencia. Nos han prometido cosas que nunca cumplieron. Para hacer un resumen, el último fin de semana que estuve de guardia el año pasado recorrí el Sanatorio y de 50 camas había un solo afiliado de OSAMM en terapia, de la empresa Tenaris. El resto eran de otras obras sociales y de PAMI. Y la realidad es que para nosotros representa un costo elevado tener un Sanatorio funcionando con el cual cumplimos una función social, del que sería mucho más fácil desprendernos y quedarnos solamente con la atención ambulatoria y con las ambulancias que tenemos para derivar pacientes a Rosario o a San Nicolás. Esto lo planteamos muchísimas veces e inclusive se nos ha denostado cuando quisimos cortar el convenio con PAMI, donde nos llamaban preocupados desde los Centros de Jubilados del departamento para consultarnos. En esto tiene que haber sentido común ya que el Estado tiene recursos económicos para solventar y ayudar a un efector. Si nosotros hiciéramos ciento por ciento lo que hace un privado, el Sanatorio tendría que estar cerrado porque se pierde dinero.

– Ante la emergencia sanitaria, ¿se pudo sumar equipamiento al efector de salud?

– Invertimos dinero en equipamiento, se dieron capacitaciones y se cubrieron todas las bajas médicas generadas por el Covid. Nos han pagado un ATP que no alcanza a solventar el ausentismo que tuvimos y los contratos nuevos que se tuvieron que hacer con refuerzo en limpieza e higiene. El 2020 fue muy duro y se acopla a lo que venía padeciendo el Sanatorio respecto a la situación económica, pero eso no tiene que soslayar que se ha crecido porque conseguimos cuatro respiradores nuevos de última generación para neonatos, adultos y adultos mayores, camas de cirugía nuevas, monitores multiparamétricos y se hicieron muchas inversiones que tal vez hacen pensar a estos organismos que no nos hace falta ayuda. El senador hizo un aporte para el oxígeno con una donación que alcanza para la factura de medio mes. Es decir, está bueno y se le agradece, pero no alcanza. Hay que tener una política provincial y nacional para ayudar al efector porque con una donación no alcanza para nada. Marcos Cleri nos prometió una campana para poder hacer los tratamientos de oncología y nunca más nos atendió el teléfono, entonces por ahí uno golpea todas las puertas y entiende que las soluciones tardan porque en todas partes hay problemas, pero me parece que nosotros estamos siendo subestimados en cuanto a la buena voluntad de poder seguir brindando atención. Esa es la realidad.